Need for Speed: Rival - A la sombra de sus predecesores
Nacida en 1994, Need for Speed es verdaderamente una franquicia icónica. A lo largo de los años, y pese a tener un historial un tanto desprolijo al estar lleno tanto de éxitos como lanzamientos mediocres; ha sabido consolidarse como una de las sagas más queridas dentro de la industria. Es sin duda de esas franquicias que marcaron mi infancia gracias a las incontables horas que pasé con su segunda entrega y sobre todo con el mítico Most Wanted de 2005. Y ahora que lo pienso, desde hace años que no he disfrutado un NFS por completo.
Al parecer la compañía no ha podido superar lo que hizo durante sus años de gloria, y esta entrega no es la excepción. Quizás sus intentos más cercanos sean el reboot homónimo de 2016, o incluso me arriesgaría a decir que Payback estuvo bastante cerca, de no ser por ese sistema de progresión tan indigno. Pero eso queda para otra ocasión.
En un intento por darle nuevos horizontes a la franquicia, la entrega fue relegada a los suecos de Ghost Games, estudio desconocido hasta esa fecha. Aunque estuvieran lejos de tener una trayectoria significativa -al ser fundado en 2011-, sí tuvo la suerte de tener como director a una mente importante en el desarrollo de Shift 2: Unleashed. Además, contó con empleados que trabajaron en Forza Horizon y fueron asesorados por Criterion Games, estudio conocido por crear la icónica saga Burnout.
Para 2013 digamos que Need For Speed: Rivals no tuvo una competencia relevante dentro del género arcade de carreras. Sin embargo, tenía el grave problema que desde Undercover 0 The Run se mostraban preocupantes señales de agotamiento y pérdida de su identidad. A esto hay que sumarle que, tan solo un año antes, recibió un duro golpe por parte de Microsoft con un Forza Horizon alucinante, la cual fue una verdadera revolución respecto a lo que se podía hacer con los juegos arcades de conducción.
De hecho, el que hayan contratado a personas detrás de dicha entrega de Microsoft nos demuestra lo influyente que fue Horizon. Incluso se nota como tomaron -por decir poco- algunas de sus mecánicas. Por ejemplo, los autos a los que puedes desafiar en cualquier momento a lo largo del mapa; los Speed Points que consigues a medida que derrapas; haces destrozos o colisionas contra otros vehículos son los que de inmediato puedes apreciar si jugaste a Forza Horizon. Incluso la interfaz de cómo se van recolectando es sospechosamente parecida a esta última. Aunque para ser justos Need For Speed: Rivals sabe distanciarse gracias a las persecuciones policiales clásicas de la franquicia.
Todo lo que vimos en el Hot Pursuit de 2010 aquí fue llevado al siguiente nivel. Sus gráficos son, sin lugar a duda, una evolución. Su mapa cuenta con escenarios tanto bellos como variables -más de una sorpresa me llevé también con los cambios en el clima - y sobre la destrucción de los coches recuerda a lo que hacía Criterion Games en sus años de gloria con Burnout.
Estos aciertos también aplican a lo jugable pues su sistema de conducción es satisfactorio, los controles son responsivos y la sensación en los derrapes muestra las buenas físicas que tienen los vehículos. De cierta manera se siente el peso de estos y sobre todo la velocidad que pueden llegar a alcanzar. En un juego tan arcade, contar con un sistema de conducción tan bueno es algo que siempre agradezco. Sin embargo, son algunas pequeñas decisiones las que realmente le juegan una mala pasada.
El priorizar una entrega 100% en lo online arruina un poco la experiencia para un solo jugador. Debió ser entretenido ver los marcadores o toparte con alguno de tus amigos en el mapa. Sin embargo, a 10 años de su su estreno, tan solo queda la molestia que significa el no poder pausar el juego en ningún momento.
Volviendo a sus persecuciones, aunque estas sean entretenidas, desafiantes y llenas de adrenalina -gracias a una policía brutal-, si falla en innovar la formula. Las Tecnologías de Persecución vuelven, pero son casi calcadas de Hot Pursuit. Funcionan, son divertidas, pero les falta originalidad. La mecánica de escape es una que hemos visto hasta el cansancio, todo se reduce a acelerar a fondo y no chocar. Es imposible no mirar al pasado y ver lo que hacía Most Wanted con los puntos de escondite, o el destrozo de elementos del escenario que cambiaban por completo el rumbo de una persecución.
Para simplificarlo, su sistema policial cuenta con 10 niveles de presión policial. Si lo alcanzamos, la experiencia se convierte en un total reto, sobre todo cuando el coche sufre daños que nos puede llevar a un arresto inmediato. Los refugios son el único lugar en el que el escape puede estar del todo asegurado, además de ser el único momento en que el juego se pausa. Es un sistema innovador, pero que corta bastante el ritmo de juego. Pero uno de los mayores problemas que tuve fue que en diversos momentos de mi partida me encontré con que, luego de escapar y dejar atrás a la policía, las persecuciones eran retomadas por autos policiales que ni siquiera estaban en el mini mapa.
Otro de sus problemas es la progresión en su historia. Avanzar en sus capítulos se logra al completar 3 desafíos de la Speedlist que se basan en "Carrera", "Conducción" y "Escape". Algo nuevo dentro de la franquicia que lamentablemente le quita todo el peso que deberían tener las carreras, contrarrelojes u otros. Aunque de igual manera aporta a la rejugabilidad al poder completar estos objetivos como pilotos o policías. Y digamos que esto último no es algo nuevo, ya que lo vimos por primera vez en el Need For Speed III: Hot Persuit de 1998, pero si que logra ser uno de los puntos más fuertes del juego. Derribar a los corredores con la destrucción que nos ofrece Rivals es algo bastante satisfactorio.
El rooster de vehículos tampoco es el más sobresaliente, aunque sus modelos si son bastante detallados. La personalización de la carrocería es inexistente y se entiende que no sea un juego enfocado en ello. Pero un mayor cariño en, por ejemplo, los vinilos o pinturas no hubiera estado nada de mal.
En simples palabras Need For Speed: Rivals es un juego entretenido pero plano. Es una evolución considerable respecto a sus entregas anteriores y se atreve a hacer cosas nuevas que desafían por completo al jugador. Sin embargo, nuevamente queda corto en cuanto a la profundidad que tuvieron algunos de los mejores lanzamientos de la saga.
Con el fracaso de Unbound, su más reciente entrega, pareciera ser que aún no ha podido encontrar su identidad. Los destellos de innovación siguen estando en la franquicia, sin embargo, son las malas decisiones las que les pasan una mayor factura y hacen que sus buenas ideas queden en segundo plano.
Quizás ya sea hora de que miren hacia el pasado, comprendan que fue lo que los hizo tan grandes y -de una vez por todas- se deshagan de los sistemas de monetización predatorios que tanto daño le han hecho a la serie, pero sobre todo a la industria de los videojuegos.
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