Split/Second - Repetitivo, pero mejor de lo que recordaba
Reseñado por: Aarón "Wafele" V.
En resumen
Para quienes no conozcan este juego publicado por Disney Interactive Studios en 2010 y extrañen sagas tan legendarias como Burnout o lo mejor que nos dio Need For Speed, solo puedo decirles que: háganse un favor y jueguen Split Second. Realmente se entretendrán.
Aunque tiene puntos débiles, la verdad es que se puede disfrutar sin mayores problemas. Es curioso que en momentos se siente como un juego arcade de smartphone, pero lejos de ser algo del todo malo, le da cierto encanto. Diría que su punto más fuerte son sus sobresalientes visuales y la impresionante destrucción de sus escenarios, algo que inteligentemente lo usan como una de las mecánica más entretenidas que he visto en un racing game. Realmente me parece una joya del género a la que fácilmente se le pueden perdonar sus errores.
En detalle
Pensé que cuando lo volviera a jugar, me encontraría con que no era tan bueno como lo recordaba, y me decepcionaría por completo. Sin embargo, el panorama fue radicalmente distinto, pues fue una experiencia incluso más entretenida que antes. Y es que con una premisa tan original, es muy difícil arruinarlo.
Todo transcurre en un reality de TV donde los participantes corren para ganar. Hasta ahí es simple, pero la cosa se pone interesante cuando incorporan los derribos de nuestros rivales con el entorno. Me explico, a medida que ganamos rebufo o derrapemos llenaremos una barra de energía que activa dos tipos de explosiones. La primera es simple y va desde la destrucción de camiones, autos que quedan a mitad de la pista, hasta rocas que caen de montañas. Mientras que el otro tipo es el más sorprendente del juego, pues puede cambiar por completo la pista o incluso el rumbo de la partida a nuestro favor. Y es en estos donde Split Second brilla, pues le da una dinámica única a los mapas y sobre todo a su jugabilidad. Nunca está demás mencionar de que el nivel de destrucción es alucinante.
Algo que tampoco recordaba es lo desafiante que puede llegar a ser. A medida que vas avanzando en los capítulos, la inteligencia artificial se vuelve cada vez más violenta, haciendo que los rivales utilicen los mismos derribos en tu contra. Lo que se ve, sobre todo en las carreras de Elite. Incluso en mi partida hubo varias carreras que perdí en la última curva por alguna explosión u escombro que los rivales dejaron.
También me encontré con un diseño de audio que estaba bastante bien y era convincente. Quizás algo que no me gustó de todo fue su parrilla de autos. Claro, me parece un acierto que opten por usar diseños originales para este juego, sin embargo, los niveles de detalles que tienen sus modelos son bajos en comparación a los que tienen los escenarios. Aunque esto puede tener su explicación ya que a fin de cuentas todo puede destruirse y nuestro coche no es la excepción.
Y ya que estamos acá, sus primeras 3 horas son las que nos atrapan gracias a la novedad que nos ofrece. Lamentablemente puede tornarse tedioso con el pasar de las horas debido a la constante repetición de modos de juego.
Digamos que, prácticamente es el propio juego el quema tempranamente sus mejores cartas, pues te presentan casi todos los modos y mapas durante los primeros capítulos. Luego de esto, empieza a utilizar variaciones de los mismos, es decir, partir de lugares diferentes de un mismo mapa con algunas rutas nuevas pero nada radicalmente distinto. Sus modos de juego tampoco ayudan a revertir esta situación. Básicamente encontraremos carreras de circuitos, contrarrelojes, competencia tipo muerte súbita en la que se va eliminando al auto que va último. También están las que debes esquivar los misiles de un helicóptero o los tanques explosivos de un camión, y ya está. Aunque para ser justos, están bien logrados y son sumamente entretenidos.
Para ser un juego que se extiende por unas 9 horas o incluso menos, la cantidad de modos de juego son insuficientes. Quizás su larga duración es su mayor problema pues no logra justificarlas. Más allá de querer ganar el campeonato o simplemente desbloquear autos más rápidos, no hay mucho que te incentive como para seguir más allá de querer ser el primero. Tuve que obligarme a sacar el primer lugar en todas las carreras para tener un objetivo que cumplir.
Sus problemas también aplican a su su soundtrack. Aunque tenga piezas que resalten el nivel de adrenalina de sus carreras, con canciones bastante aceleradas y épicas, no hay ninguna que sea memorable o se quede en nuestra memoria.
Aunque parezca que no, -y por muy contradictorio que suene- la verdad es que le tengo cariño a este juego. Es raro decirlo -dadas las críticas anteriores-, pero este título supo darme momentos que ningún otro juego de conducción arcade me ha dado, o bueno, no de esta manera. Era genial esquivar escombros y explosiones por un margen mínimo, o ir manejando a contrarreloj mientras veías caer un avión, destruirse una represa y tener que atravesar toda esa absurda -e increíble- destrucción. Logré sorprenderme y sobre todo sentirme presionado con algunos niveles bastante desafiantes. Y tengo que admitir que a 14 años de su estreno, sus gráficos siguen intactos, pues los reflejos, sombras, explosiones y destrucción aún se mantienen excelentes.
Retomando un poco su conducción, fue un tanto difícil adaptarme a cómo se derrapaba en este juego. Aunque una vez dominado era sumamente satisfactorio adelantar a varios coches con un simple derrape o ganar una carrera gracias a esto.
Si tuviera que resumir Split Second en un concepto, les diría que básicamente es un Mario Kart dirigido por Michael Bay. Esto gracias al factor netamente arcade, pero sobre todo por su cinematografía. Desde su estética, cámara o paleta de colores, hasta su HUD. Todo está integrado de una manera natural. Logra convencernos de que es un show de televisión. Incluso llega a sentirse como una larga y espectacular secuencia de acción en la que somos el protagonista y debemos hacerle frente a todo.
En síntesis, es un juego al que le tengo mucho cariño. Tiene sus fallas y el paso del tiempo me ha ayudado a notarlas, pero logró su objetivo, darme diversas horas de entretención. Aunque se sentía repetitivo a momentos, sabía compensármelo con carreras increíbles que más de alguna vez me dejaron boquiabierto. Una pena que no hayamos podido ver una secuela pues tenía el potencial suficiente para estar entre los más grandes.
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