Transistor - El videojuego puede ser arte
Desde el lanzamiento de Bastion en 2011, el estudio independiente Supergiant Games ha sabido dejar su marca en cada entrega tanto por la bella estética que le dan a cada mundo, como por las increíbles bandas sonoras que crean. Un claro ejemplo de la calidad que le dan a sus entregas es Hades, obra que logró llevarse el premio a Mejor Juego de Acción y el Mejor Juego Indie en los Game Awards del 2020 y que ahora con su secuela prácticamente estrenada, no descartamos que repitan la hazaña.
Sin embargo, en esta oportunidad no hablaremos de esta obra -que en algún momento tendrá su espacio en este medio- sino que nos remontaremos a su segundo juego, Transistor obra que luego de tres años de desarrollo fue publicado un día como hoy una década. Contrario a lo que fue Hades, Transistor no logró coronarse con ningún premio, pero logró dejarnos un arte, jugabilidad y soundtrack que fueron increíbles.
Este RPG de acción con toques de estrategia, estuvo a cargo de un pequeño equipo de aproximadamente de 12 personas, donde se destaca el trabajo del director del estudio Amir Rao, el director creativo Greg Kasavin, la directora de arte Jen Zee, y el compositor y director de audio Darren Korb, quien ha estado prácticamente en todos los videojuegos del estudio.
Resumen sin spoiler
Al comenzar esta aventura sabemos solamente dos cosas: que nuestra protagonista se llama Red, y que tenemos una conexión con la extraña espada que nos habla. A medida que avanza la historia descubrimos que nuestra protagonista es una famosa cantante de Cloudbank, ciudad que está siendo consumida por un extraño fenómeno llamado El Proceso. Este último es el responsable de las diversas criaturas que nos persiguen a lo largo de la historia.
Lamentablemente la pelirroja heroína ha perdido su voz a causa del ataque que sufrió por parte de La Camareta, organización que está detrás de la aparición del Proceso. Esta además se encarga de buscar a personalidades que tengan alguna relevancia pública para eliminarlos y así no alterar el sistema que han creado. Por suerte, Red es salvada por un misterioso personaje que sacrifica su vida al recibir el ataque de la Transistor, una poderosa espada creada por dicha organización y que sería la calve para cambiar al mundo.
Es en este suceso donde La Camareta pierde este importante objeto, provocando también que el alma del desconocido -o Mr. Nobody-, se decodifique y transfiera a dicha espada. Por lo que será tan solo su voz la que nos acompañará el resto de la aventura.
En lugar de huir de la ciudad y dejarla a su suerte, Red decide emprender un viaje en busca de respuestas y venganza hacia quienes provocaron esto. El rastro la lleva a diversos lugares de Cloudbank, donde rastrea a cada uno de sus miembros y se va enfrentando a diversas oleadas de El Proceso, el cual irá evolucionando a medida que avancemos en la historia. Sin embargo, para poder llegar a la verdad de este fenómeno deberemos perder algo importante a cambio.
Su jugabilidad como piedra angular
Según el director de Supergiant Games Amir Rao, la jugabilidad que quisieron plasmar en Transistor estuvo fuertemente inspirada en populares juegos de carta como Magic: The Gathering. Estos sirvieron para crear un sistema de Funciones, que, a medida avanzamos, podemos ir eligiendo cuales incorporaremos a la Transistor. Esto está limitado por la cantidad de MEM -algo así como la memoria- que tengamos, por lo que cada combinación debe ser calculada y pensada para el tipo de combate que nos enfrentemos.
Este sistema ofrece la oportunidad de realizar diversas combinaciones en las 3 casillas habilitadas para Funciones Bases, Combinaciones y Funciones Pasivas, lo que permite ver los distintos efectos que, por ejemplo, tienen el combinar 3 habilidades distintas para un combate en específico. Suena complejo, pero es bastante amable una vez que lo entiendes. Además, estas combinaciones abren un enorme abanico de posibilidades, haciendo que, de así quererlo, cada combate lo vivas distinto al anterior.
Para incentivar a que los jugadores experimenten con estas funciones, los desarrolladores -al igual que se ha hecho en otras populares franquicias-, incorporan partes de la historia de sus personajes en estas funciones, las que se van desbloqueando a medida que las usamos en alguna de las casillas disponibles para los 3 tipos de funciones que explicamos arriba.
Otra de las cosas que hacen especial a su sistema de juego es la habilidad de Turno, que nos permite detener el tiempo para planear las habilidades que usaremos al atacar y ejecutarlas de manera automática en tiempo real. Dicho sistema también suena complicado, pero una vez que lo dominas es sumamente adictivo pues nos permite planificar cada ataque y así seleccionar a qué enemigo atacaremos primero, y también probar las combinaciones de Funciones que vayamos creando.
También, se nos permite enfrentar cada combate de dos maneras: haciendo uso de la planificación que recién explicamos, o enfrentar algunos combates ignorando esta habilidad, es decir, intentando usar cada función en tiempo real. Cabe destacar que en la primera opción es la que nos da una jugabilidad más táctica y en donde se pueden sacar mejor provecho de las habilidades combinadas. Mientras que en la segunda, requerirá una mayor habilidad y precisión pues algunos enemigos son bastante desafiantes. Además de tener en cuenta la rapidez que exigen algunos combates y no gastarnos toda la energía que tengamos.
A medida que subimos de nivel, desbloqueamos habilidades, pero también Limitadores, los que suman dificultad a los combates, influyendo en el comportamiento de los personajes e incluso en qué habilidades podemos usar. Al no poseer un modelo clásico de dificultad, es decir fácil, normal o difícil, esta opción nos deja a nosotros la decisión de elegir el desafío que busquemos y también nos incentiva a descubrir más al descubrir más sobre las criaturas.
Pequeños grandes detalles
Hablar de Transistor, es hablar de atención al detalle. Apenas comienza el juego inmediatamente nos topamos con uno pequeño, el contador de muertes de la Transistor ya marca una víctima, lo que nos da una pista de que algo ocurrió antes. Incluso el mismo atuendo de Red posee ciertos detalles como la chaqueta que está usando y que pertenecía al personaje de Mr. Nobody. Inmediatamente nos muestran la conexión de estos dos personajes.
Al haber perdido algo tan importante como su voz, Red solamente puede tararear las canciones que antes solía cantar. Aquí entra un nuevo detalle que me parece genial, y es que mientras Red y la Transistor están en el modo Planificación, escuchamos de fondo un tarareo que va acorde a la pista del soundtrack que esté en ese preciso momento sonando. Incluso, dentro del juego tenemos un botón exclusivo para que Red tararee, sin duda que es un gran detalle.
Más que hablar de lo buena que es su banda sonora o de como esta pasa por diversos géneros musicales, se debe destacar la genialidad de conectarla dentro de la historia. No solo las letras de algunas canciones están conectadas con cada evento, sino que la misma participación de Ashley Barrett está justificada dentro de la historia, ya que ella es la voz de Red, por lo que nos podemos hacer una clara idea de como suena Red en verdad.
Estos son solo algunos de los detalles que se encuentran al interior de esta aventura. Realmente sugiero ir descubriéndolos por si mismos para así no arruinar la sorpresa.
En conclusión
La primera vez que jugué a Transistor, existieron dos elementos claves que me atraparon en su mundo. El primero fue su arte, cada ilustración está trabajada en detalle con una paleta de colores que define a cada personaje y que le da vida a todas las locaciones de la ciudad. El segundo elemento fue su música, aquella primera canción, con esos acordes de guitarra fue algo que me cautivó instantaneamente, y a medida que iba avanzando en la historia disfrutaba, más me sorprendía con cada una de las canciones que van apareciendo.
Es increíble como Cloudbank se transforma en un personaje más en esta historia e incluso también va cambiando a causa del Proceso. Pasa de ser una hermosa ciudad llena de colores neon a simplemente un paisaje en blanco.
A pesar de que en un primer momento cuesta acostumbrase a su jugabilidad, ya que contar con un sistema de turnos puede ser algo aburrido para algunos jugadores, al momento de dominarlo luego de algunas horas se puede convertir en una experiencia sumamente adictiva, sobre todo si buscamos nuevas formas de acabar con los enemigos. La experimentación que ofrece el combinar las diversas Funciones es un muy buen incentivo a la curiosidad.
Transistor es un juego medianamente corto, que se puede terminar fácilmente en unas 6 horas. También nos ofrece una rejugabilidad para sacar las cosas que se nos pudieron haber pasado en nuestra primera partida. Pese a que no reinventa la rueda o busca grandes pretensiones narrativas, su historia logra ser atrapante para el jugador ya que queremos explicaciones de los fenómenos que ocurren en Cloudbank y saber que es lo que realmente está ocurriendo. Para mí, Transistor se destaca en la simpleza que tiene para contar la historia, pero también en lo ingenioso que es al momento de hacerlo.
Conclusiones con Spoilers
Es curioso como este juego se aparta un poco de lo tradicional de las historias de venganza, pues no todo se trata de ir cazando uno a uno a los miembros de La Camareta, sino que también de comprender sus motivaciones y dilemas morales. Incluso, da un giro al cambiar el combate final, pues en todo momento pensamos que nos enfrentaremos al líder que nos muestran en un principio.
Sin embargo, en una especie de giro de guion, este se quita la vida junto a uno de sus miembros más fieles al no poder soportar lo que le hicieron a la ciudad. Finalmente, será Royce el que siga adelante con este macabro plan y con quien tenemos una interesante charla antes del combate final que. por cierto, se lleva a cabo en un hermoso escenario al interior de la Transistor. Esta es la primera vez que nos enfrentamos a alguien con nuestro mismo poder, por lo que es un momento bastante interesante en términos jugables.
Luego de derrotar a Royce, el desenlace fue algo que no me esperaba encontrar, pues en vez de reconstruir la ciudad y solucionar todo, Red opta por quitarse la vida junto al cadáver de su amado. Un movimiento bastante arriesgado pues podríamos decir que es un final que no es del todo feliz.
Es aquí donde se nos explica la conexión que tenían estos dos a través de hermosos dibujos acompañado de “Paper Boats”, uno de los temas más bellos del OST que es cantado a dueto por la pareja. Finalmente, se nos muestra que estos dos por fin se reencuentran en su forma humana para vivir para siempre dentro de la Transistor.
Curiosamente, el juego te invita a una recursión de la historia y te hace ver que habrá más cambios o que los sucesos ya ocurridos están conectados de alguna manera con los que ocurrirán. Pero por muy interesante que suene, esta es una oportunidad que se desaprovecha ya que no logra establecerlo o usarlo como un nuevo elemento narrativo. Aunque, resulta un tanto injusto pedirle a un equipo tan pequeño y que estuvo trabajando bajo diversas presiones, el incorporar aún más elementos narrativos, siendo que esta aventura ya es sobresaliente gracias al inmenso cariño que le plasmaron en cada uno de sus detalles.
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