Rental - Atmósfera y potencial
Reseñado por: Pepe Reidenvach
En breve
Una atmósfera inquietante y un argumento sencillo son los obsequios que nos ofrece Rental, un videojuego creado por Lonely House, y publicado por el colectivo artístico chileno Animita Project.
Cuando digo “atmósfera inquietante” me refiero a ese ambiente opresivo que cualquier trabajo vinculado al terror debe evocar. La cabaña donde suceden los hechos es claustrofóbica y posee una habitación oculta cuyo descubrimiento y exploración implican un cambio de perspectiva tanto literal como estético. Esta mutación del espacio, además, viene acompañada de un apartado sónico genial que evoca ese tono industrial y lo-fi tan propio de la saga Silent Hill.
Luego, como ya mencioné, el argumento es sencillo. No quiero hacer spoilers; sin embargo, creo que nada se pierde al decir que trata sobre una familia que se va de vacaciones a una cabaña cerca de la costa y que los eventos no se desarrollan como la protagonista, una conejita antropomórfica, quisiera. La premisa es casi un cliché, pero funciona ya que no pretende ser otra cosa que lo que es: un videojuego corto que logra espantar de cuando en cuando. Respecto al desenlace de esta historia, no sé muy bien qué decir.
Jugué Rental tres o cuatro veces y obtuve dos finales distintos. ¿La causa? No sabría decir. También desconozco si hay más finales. Cabe mencionar que en Steam hay un logro oculto que aún no he podido obtener. Quizás ahí quede un misterio... Me gustaría aprovechar que estamos hablando del argumento y también de la duración de la obra para señalar que disfrutaría ver ampliado este proyecto o, por lo menos, que el espectacular equipo detrás de Rental siga trabajando el terror en sus próximas obras.
En todo caso, quisiera retomar el punto del espanto. La primera mitad del juego está poblada de pequeños jumpscares que no son efectivos y que distraen de la atmósfera del juego, que es, en verdad, la parte más sabrosa de Rental. Nuevamente, atmósfera. Esa palabra parece ser la mejor para hablar de este juego. No solo es el espacio, del que ya hablé antes, sino también la estética del juego, el diseño de los personajes y el trabajo sonoro. Respecto a lo primero, es necesario que me detenga en la estética de consola antigua que Rental intenta emular. Siendo honesto, no sé cómo sentirme al respecto. No me parece que reste; más bien, suma, aunque no sabría decir cuánto. Muchos juegos de miedo actuales replican este efecto. Me agrada, pero aparte de generar una sensación de nostalgia, no añade mucho más.
Luego está el diseño de los personajes. Todos son conejos antropomórficos con los que se puede interactuar para obtener diálogos simpáticos. ¿Por qué digo que estos modelos son beneficiosos para la atmósfera? Porque se produce una disonancia exquisita entre la ternura que estos inspiran y lo que pasa en el juego. Es una fórmula que funciona y que tiene nombre: mascot horror. Hay que pensar en Five Nights at Freddy’s, o en Bendy and the Ink Machine. No soy un gran fan del subgénero. De hecho, me produce escepticismo, pero aquí funciona. Me recuerda mucho a Petscop, la webserie de YouTube.
Finalmente, el apartado musical y de efectos sonoros. La música es reminiscente del trabajo de Akira Yamoka en varias entregas de Silent Hill. Tiene esa crudeza tan característica de la banda sonora compuesta para la franquicia de Konami. De igual manera, los sonidos que se reproducen cuando la protagonista interactúa con el entorno son de baja fidelidad y le otorgan a Rental ese aire análogo que intenta evocar. Eso sí, creo que habría sido más efectivo dotar de voces distintas (en este caso, sonido tipo Banjo-Kazooie) a los personajes para sumar variedad tonal.
En conclusión, Rental es un juego cuya atmósfera constituye su punto más fuerte. Esta se construye a partir de espacios claustrofóbicos, una estética vintage bien lograda, un diseño de personajes que choca de buena manera con el aspecto más terrorífico de esta obra y varios puntos a favor del apartado sonoro. Además, su corta duración invita a revisitar el mundo que nos ofrece en busca de misterios o de otras maneras de finalizar el juego.
Es justamente lo breve de la experiencia lo que más lamento. Quedé con ganas de más, pero no porque a le faltase algo, sino porque está bien construida y tiene el potencial de expandirse. Los sustos tipo jumpscare también dejaron bastante que desear. Creo que se puede prescindir de ellos y/o trabajar formas elegantes de presentar el miedo. Tal vez podría ser a través de otras mecánicas que le añadan profundidad al juego.
Pese a lo anterior, quedé satisfecho. Me encantó, en especial porque es un producto chileno, lo que siempre le suma algo de familiaridad a la experiencia. Recomendadísimo.
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