Still Wakes the Deep - Aterador, claustrofóbico y visceral
Reseñado por: Aarón "Wafele" V.
En breve
Desde su anuncio en el Xbox Showcase de junio de 2023, Still Wakes The Deep llamó inmediatamente la atención gracias a su interesante propuesta y sobresalientes gráficos. Casi un año tuvo que pasar para poder probarlo, y la verdad es que los de Chinese Room se han lucido con una experiencia de terror que esconde mucho más de lo que aparenta a simple vista, pero que no está exenta de algunos errores.
Partamos por su historia. El videojuego se desarrolla en los 70's, al interior de una plataforma petrolífera ubicada en el mar del norte. Aquí seguimos a Caz McLeary, un electricista que, según se nos presenta desde el inicio, será despedido. por un error que cometió en el pasdo. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, en una de las extracciones de petróleo, la tripulación se topa con una especie de entidad que nunca queda en claro su origen, pero que traerá a la plataforma todo tipo de deformidades sacadas de la mente del mismismo David Cronenberg.
Una de las cosas que inmediatamente llama la atención de la aventura es lo bien lograda que está su atmosfera, escenarios, y su sorprendente calidad gráfica. El estudio inglés realmente ha sabido exprimirle lo más posible al Unreal Engine 5. También están sus sobresalientes actuaciones de voz que ayudan a que esta aventura sea más inmersiva.
El diseño de toda esta infección pseudoalienígena es interesante y extrañamente bella. De hecho, estas extrañas capas de piel presentan una paleta de colores bastante llamativa, pero que a ratos me recordaron un poco a videojuegos como Prototype. Incluso, me atrevería a decir que Still Wakes The Deep me tiene mucho de videojuegos clásicos de terror como Penumbra -por su densa atmósfera- y SOMA -por su estética-. Pero claro, viniendo del estudio responsable de Amnesia: A Machine A Machine For Pigs, es inevitable que también salga a colación. Aunque para ser justos, la entrega sabe diferenciarse y arriesgarse con una propuesta directa y breve. Va a lo que va sin mayores rodeos. Su enfoque está en la narrativa, pero no llega a sustentarse por lo rápido que es todo. Y aquí es donde comienzan sus principales problemas.
La infección del lugar es algo que, pese a contar con un diseño bastante original, no deja de ser algo que ya hemos visto. Es inevitable no caer en el cliché de las típicas habitaciones y los rincones plagados de deformidades o humanos atrapados. Esto no le quita mérito a lo explicito e incómodo que se vuelve pasar al lado de ellas. Sobre todo por algunas que, de seguro a los estómagos más sensibles, les harán apartar la mirada del monitor. Aunque me parece un buen detalle que el entorno vaya cambiando a medida que avanzamos en la historia, es fascinante ver como todo se va yendo cada vez más al carajo.
Su sistema jugable también lo hemos visto incontables veces. Somos un personaje indefenso que debe esconderse -en rincones o gabinetes- y lanzar objetos para llamar la atención de los enemigos. Aquí no se reinventa la rueda, pero si siento que esta aventura logra transmitir una sensación de terror genuino gracias a lo grotesco de sus monstruos. Es incómodo verlos, escucharlos, pero, sobre todo, sentirlos cerca.
Otro de sus grandes pecados es lo acelerado que se nos presentan a los personajes. No llegamos a empatizar con ellos salvo por unos pocos. Y esto sucede no porque estén mal escritos, de hecho, sus interacciones son bastante naturales y ayudan a hacer más creíble el ambiente de la petrolífera. Más bien pasa por el poco contexto que nos da la historia. Su ritmo nos da muy poco tiempo para conocerlos, o entablar algún tipo de cariño por ellos. En varios momentos tuve que parar para buscar los nombres de algunos muertos en la nave para buscar algo que me hiciera recordarlos. Quizás con un par de notas más esto hubiera cambiado.
Sin embargo, no me parece que el ser un walking simulator y un videojuego lineal sea un problema -como leí en algunas otras reseñas-. Al contrario, siento que lo indefenso que estamos a lo largo de la historia y lo incomodo que es controlar al personaje ayudan a transmite la desesperación de la historia. Su enfoque directo hace que nos concentremos más en la narrativa y creo que si hubiera coleccionables o algo similar su atmosfera se arruinaría.
En resumen, Still Wakes The Deep merece a pulso su reconocimiento. Como alguien que la pasa bastante mal con los videojuegos de terror, creo que esta aventura de unas 6 horas logra mantenerte sumamente tenso, ansioso, pero con ganas de seguir jugándolo. No puedo sino recomendar este título, sobre todo si quieres vivir una experiencia oscura, densa, claustrofóbica.
Quizás me hubiera gustado más ver más en profundidad los toques de terror psicológico que tiene la historia ya que presentaban cosas bastante interesantes como la conciencia y humanidad que aún queda en las criaturas. O como esta infección ataca a los humanos de manera psicológica también. Sin embargo, creo que The Chinese Room ha creado una joyita actual del terror que todos deberían probar.
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